Qué son las inteligencias múltiples y por qué son importantes

Todos somos inteligentes pero no a todos nos gustan las mismas cosas ni tenemos las mismas capacidades. Por eso, descubrir qué es lo que se nos da bien y qué es lo que más nos gusta es importante. Os hablamos de ello en el siguiente texto.

 

Los descubrimientos del siglo XXI en torno al funcionamiento de nuestra mente están siendo muy reveladores para campos como la psicología y la educación. Saber más nos permite poder trabajar mejor. Ahora sabemos, por ejemplo, que no hay una inteligencia única. Ante la pregunta ¿eres inteligente? La respuesta correcta es “depende de en qué” ¡todos somos inteligentes! Gracias a este concepto de inteligencias múltiples muchos niños comenzaron a ser evaluados de manera diferente y se dejó de ver la inteligencia como algo unitario. Este cambio de paradigma parte de Gardner, un investigador de la universidad de Harvard, que en 1983 afirmó que existían diferentes inteligencias, que todos podíamos destacar en diferentes aspectos. Aunque luego se han ido ampliando o modificando, Gardner propuso inicialmente 8 inteligencias: espacial, naturalista, musical, matemática, lingüística, inteligencia emocional, kinestésica y artística. Este concepto cambió la forma de evaluar y de definir la inteligencia.

Nuestro papel como padres: observar y acompañar

Niños y niñas aprenden cuando tienen retos asumibles, que les hagan sentir que van avanzando y mejorando en diferentes habilidades. No esta tanto la inteligencia sino como planteamos su “escalera” de aprendizaje. También cuando les ayudamos a tener conciencia del esfuerzo y los pasos que deben dar para obtener el éxito que se marquen.

En este sentido, ¿cuál sería nuestro papel como padres y madres? Lo más importante no es tanto que descubramos nosotros cuáles son las habilidades de nuestros hijos e hijas, sino que lo descubra ellos, que ellos vayan valorando qué se les da bien o qué les gusta. Ambas cosas están muy relacionadas: te gusta lo que te hace sentir bien y te hace sentir bien aquello que percibes se te da bien. En este punto es muy importante no agobiar, dejar que las cosas fluyan. A veces los papás o las mamás si vemos que a nuestra criatura le gusta la guitarra enseguida le compramos una, le apuntamos a clases de guitarra con profesor particular, le hacemos 200 preguntas sobre la guitarra y le llevamos a conciertos cada semana. No es que no debamos apoyarles pero sí es importante que lo hagamos sin pasarnos, teniendo en cuenta el ritmo de los niños.

Lo más importante no es tanto que descubramos nosotros cuáles son las habilidades de nuestros hijos e hijas, sino que lo descubra ellos, que ellos vayan valorando qué se les da bien o qué les gusta.

Si desde pequeños los niños y niñas pueden probarse en diferentes habilidades descubrirán qué se les da bien y en qué necesitan practicar más. Es bueno que prueben diferentes actividades extraescolares o talleres. Ojo, esto no quiere decir que cada día tengan una actividad distinta o que se apunten y desapunten de una extraescolar, pero sí aguantar como mínimo un trimestre. Si al final de esos tres meses quiere cambiar, no hay problema, al igual que si quiere continuar.

¿Es posible la atención individualizada en la escuela?

La escuela es un entorno complejo para el desarrollo de las inteligencias múltiples porque implica encontrar un equilibrio entre la personalización y tener que encontrar un sistema general de educación. Sería muy positivo ­–y un gran cambio para las escuelas– que a los estudiantes se les dejase decidir y elegir qué estudiar habiéndoles dado la oportunidad de reflexionar sobre qué se les da bien, qué les gusta, dónde creen que están sus potenciales. También sería de gran ayuda que desde pequeños les dejásemos probarse y valorarse a sí mismos en diferentes áreas, de esta manera serán conscientes de sus potenciales y dificultades.

Algunas recomendaciones que podemos dar desde Crece bien:

  • Que en la medida de lo posible sean los niños y niñas los que se evalúen en las diferentes inteligencias. Complementado quizá con una evaluación externa en diferentes capacidades.
  • Enseñarles todas las inteligencias que hay, y que ellos decidan cual les gustaría desarrollar y cómo lo harán. Que sean ellos los que diseñen el camino para desarrollar su inteligencia. Por ejemplo, si un niño quiere desarrollar su inteligencia artística podrá dedicar un tiempo a desarrollarla
  • Buscar referentes que hayan tenido éxito en algunas de las inteligencias. Esto ayuda a visualizarse y a ver que es posible.
  • Unir las inteligencias con las asignaturas escolares y con el trabajo que podrían desarrollar, así les estaremos impulsando a ir eligiendo mejor lo que quieren ir aprendiendo o estudiando.

 

En Crece Bien somos profesionales con amplia experiencia en inteligencia emocional. Si tienes alguna duda o necesitas alguna recomendación, te animamos a que contactes con nosotros, estaremos encantados de atenderte. Puedes hacerlo en el correo electrónico informacion@crecebien.es o en el teléfono 910002602.