Por un verano sin deberes

 

Sumergidos en pleno verano sobrevuela la misma pregunta cada año: ¿deben los peques hacer deberes para no perder el ritmo? Desde Crece Bien intentamos responder y, de paso, os damos algunas ideas para emplear bien el verano. ¿Nos acompañáis?

 

Vamos a empezar con una pregunta cargada de nostalgia: ¿recuerdas los veranos de tu infancia? ¿Cómo eran? ¿A qué dedicabas esos tres meses del año? Date un tiempo para pensarlo, recrearlo en tu mente. Cuando estés preparado o preparada, vuelve y piensa: ¿cómo están siendo los veranos de tus hijo o de tus hijos? ¿Se parecen en algo a los tuyos? ¿A qué dedican estos tres meses del año?

Después de este ejercicio vamos a ir recorriendo ideas como desconexión, descanso y aburrimiento. Un inciso: debemos saber que es muy importante no sólo interrumpir la cascada de responsabilidades que cae incesante sobre nosotros el resto del año sino también repensar y organizar todas esas responsabilidades para que la carga no sea superior a la que podamos soportar. ¡No sólo en el caso de los adultos, también en el de los niños y jóvenes! Sólo con un equilibrio consciente podremos disfrutar de las pequeñas cosas. De lo importante.

Dicho esto, en verano es importante desconectar, parar, porque esto nos ayuda a liberar el estrés acumulado, nos regenera, nos hace sentir recuperados y nos aporta la energía suficiente para poder seguir a largo plazo. Por el contrario, cuando no desconectamos el estrés sigue presente, incluso aumenta, nos sentimos menos satisfechos con lo que hacemos, tenemos más cansancio y todo esto repercute en las dinámicas familiares.

¿Qué hacemos con los deberes?

Esta es una de las preguntas más habituales entre las familias y los docentes: ¿debe utilizarse parte del verano para seguir haciendo deberes? Nosotros os queremos lanzar otra pregunta: ¿seguís trabajando en vuestras vacaciones laborales? No, ¿verdad? Y si lo hacéis: ¡parad! Debemos aprovechar todos los momentos que podamos para practicar el distanciamiento psicológico del estudio y del trabajo. Esto significa desconectar completamente, tener la capacidad de enfocar nuestra atención totalmente en aspectos no académicos ni laborales.

El verano es un buen momento para hacer todo lo que no hemos podido hacer durante el año pero también para no hacer NADA. Nuestro cerebro agradece aburrirse de vez en cuando. Esto nos permite encontrar nuevos intereses y nuevas aficiones.

¿Se quedarán descolgados durante el curso?

A lo largo del curso escolar los niños y jóvenes tienen muchas oportunidades para poder engancharse al ritmo si observamos que van quedándose atrás. El verano y los periodos vacacionales poco tienen que ver aquí. La desconexión es necesaria siempre. Sí es cierto que sí podemos tomar medidas durante el curso escolar para:

  • Mejorar los procesos psicológicos que influyen en el aprendizaje.
  • Aprender a gestionar las emociones que influyen en el rendimiento escolar.
  • Dotarles de técnicas de estudio para mejorar su organización del tiempo, y crear un método de estudio personal y eficaz.

Desde Crece Bien hemos creado programas de enseñanza y aprendizaje personalizados con los que acompañar a los alumnos y alumnas en su camino, ya sea a lo largo de todo el curso o de forma intensiva en momentos puntuales. Hacer deberes en verano no va a evitar que esto se produzca. ¡Al revés! Así que aprovecha los momentos de desconexión para conectar con tus hijos y… ¡disfruta!

¿Qué te parece nuestra propuesta? ¿Nos cuentas cómo lo hacéis en casa? ¡Te leemos!

Por Gema Fuentes, psicóloga de Crece Bien

En Crece Bien somos profesionales con amplia experiencia en inteligencia emocional. Si tienes alguna duda o necesitas alguna recomendación, te animamos a que contactes con nosotros, estaremos encantados de atenderte. Puedes hacerlo en el correo electrónico informacion@crecebien.es o en el teléfono 910002602.