Entrenar las habilidades sociales como entrenamos en un gimnasio

 

¿Sabes que debemos entrenar las habilidades sociales como entrenamos en un gimnasio? Sí, sí, porque las habilidades también tenemos que entrenarlas cada día y ponerlas en forma. Sobre esto os hablamos en el siguiente texto.

Los seres humanos somos criaturas sociales por naturaleza, en nuestros genes está formar “manadas”, y por ello requerimos de las habilidades sociales desde que somos pequeños. El mejor ejemplo lo tenemos ya cuando el bebe nos sonríe: ¡ya utiliza las habilidades sociales para decir que algo le gusta! Por este motivo, es necesario ayudarles a desarrollar este tipo de habilidades desde la infancia, ya que es algo que los más pequeños usarán y les acompañará toda su vida; desde el primer día de colegio para conocer a sus nuevos compañeros a esa primera entrevista laboral para obtener un puesto de trabajo.

¿Cómo entrenar las habilidades sociales?

Las habilidades sociales se pueden entrenar, siempre en función a la edad del niño y del punto de desarrollo en el que se encuentre. No es lo mismo las habilidades sociales que pueda requerir un adolescente a las que necesita un niño de primaria. Tampoco es lo mismo lo que debemos reforzar en un niño que es tímido en comparación con otro que su dificultad es la expresión del enfado. Es decir, también debemos saber de donde partimos, individualizar las necesidades de cada cual.  Sin embargo, a nivel general, algunas formas de entrenar habilidades sociales son las siguientes:

  • Para ayudar a nuestros hijos a saber decir no de forma respetuosa, siendo educado, podemos hacer una actividad muy sencilla en casa. Consiste en hacer un pequeño teatro donde se produzca un conflicto. Por ejemplo: un niño me pide que “insulte” a un compañero y tenemos que ejemplificar distintas formas de responder ante este conflicto.
  • Otra oportunidad que podemos hacer para que nuestro hijo vaya poco a poco superando la timidez es establecer con él pequeños retos semanales. Algunas ideas: pedir a un dependiente que le despache en una tienda o hacer un cumplido a alguien.
  • Por último, si queremos que los niños expresen mejor sus sentimientos puede ser muy útil fomentar que escuchen. Para ello dejaremos un rato al día para que cada miembro de la familia exprese lo bueno y lo malo que le ha pasado con alguien.

 

Familias entrenadoras

Ya os lo hemos dicho muchas veces pero volvemos a insistir: los niños y las niñas aprenden con el ejemplo, observando, y los adultos somos un referente para ellos. Poner en práctica las habilidades sociales y también expresar de forma correcta lo que sentimos, hará que los niños imiten ese tipo de comportamientos. Además, los padres  y las madres también pueden ayudar a sus hijos e hijas desarrollando este tipo de herramientas a través del juego y del diálogo con ellos.

¿Y si creemos que puede existir un problema en este sentido? Si observamos que nuestro hijo evita hacer actividades que le gustan mucho por vergüenza o porque no va ninguno de sus amigos y él no es capaz de interaccionar; si desde el colegio nos dicen que se queda aparatado y qué no tiene un grupo de amigos con los que jugar; si cuando va algún sitio donde no conoce a los demás llora y le cuesta calmarse; si tiene que hacer una exposición en clase pero se niega hacerla o lo hace pero lo pasa muy mal; o si vemos que nuestro hijo no mantiene a sus amigos, que cambia de amigos con frecuencia o que cede a todas las peticiones que le hacen, no vendría mal consultar a un profesional. Estamos para ayudarte y acompañarte en esta aventura que es criar hijos sanos.

Por Gema Fuentes, psicóloga de Crece Bien.

En Crece Bien somos profesionales con amplia experiencia en inteligencia emocional. Si tienes alguna duda o necesitas alguna recomendación, te animamos a que contactes con nosotros, estaremos encantados de atenderte. Puedes hacerlo en el correo electrónico informacion@crecebien.es o en el teléfono 910002602.